22 enero 2007

El Sexto Proyecto




Tras más de 100 días en su Gedrosia particular, Simón abrió el buzón de su casa y se dejó invadir por la correspondencia atrasada. Entre facturas, Visas Oro y cupones de Telepizza encontró un ejemplar del periódico matutino, el mismo que día tras día un mecenas anónimo dejaba a su alcance.


Simón había tenido la secreta esperanza de que esta rutina se hubiera acabado con su desaparición. Su médico le había aconsejado abstinencia total de baloncesto para una completa desintoxicación, pero la tentación era demasiado fuerte. Arrojó la propaganda a la papelera, apiló las cartas del banco en una mano y diario en mano subió las escaleras de casa.


Ya en el sillón se tomó unos segundos antes de abrirlo. La última noticia que había tenido del CAI Zaragoza se remontaba a octubre. Entonces, un equipo desmadejado e irregular deambulaba sin más pena que gloria por una LEB sin claros dominadores.


Impaciente, titulares desbordantes de optimismo hablaban de la primera victoria de la "Era Segura". Un momento, ¿Era Segura? Propenso a desconfiar, volvió a releer la letra gorda. Vaya, vaya, vaya. Así que Chus Mateo, el hombre que desde el principio todo el mundo veía un poco bisoño para llevar al CAI a la ACB, había sucumbido 19 jornadas después en otro bochornoso espectáculo frente al Tenerife inoportunamente televisado.


Pero lo que más le extrañó fue el apartado estadístico. Nuevamente pensó en un error. ¿Crispin? ¿Phillip? ¿Starosta? ¿Dónde estaban los jugadores del CAI? ¡La leche! ¡Si habían cambiado media plantilla! Una llamada rápida resolvió todas sus dudas.


Lo bueno de tener amigos con tus mismos intereses es que te ahorran muchos detalles innecesarios y te cuentan sólo lo que necesitas saber. Así fue como se enteró de la sucesiva desestructuración, desestabilización, remodelación y reforzamiento indiscriminado de la plantilla. Supo del fiasco de la contratación de Sebastien Maio en sustitución de Sartorelli; del affaire Mateo - afición - Colom; de la llegada de Maraker y Starosta primero y la de Crispin y Phillip después; de la lesión de Jo Jo y la recuperación de Vidaurreta; de la progresión de Lescano y el bajón de Angulo...


Algo sorprendido, comparó ambas situaciones. En octubre, el quinteto base era Victoriano, Angulo, Evans, Onyekwe y Faverani. Sartorelli le daba descanso a su compatriota; Lescano a los dos aleros y Corbacho replegaba las migajas. Jo Jo relevaba a Faverani e Iván García se comía los restos de las migajas de Corbacho. Cuatro exteriores y un pívot solitario, una filosofía sostenida por Chus Mateo y Chápuli que le había costado al primero el puesto, y al segundo la credibilidad.


Ahora tenían un equipo prácticamente nuevo. Entre Crispin, Victoriano, Lescano y Evans se comían casi todos los minutos del base al alero; Colom y Angulo miraban desde el banquillo; y Corbacho seguía con sus migajas. Iván García ya no iba ni convocado; y el juego interior había cambiado por completo. La recuperación de Vidaurreta y los fichajes de Starosta, Phillip y Maraker completaban una rotación formidable bajo tableros, donde aún se podía tener el lujo de un extracomunitario como Onyekwe o Faverani de quinto pívot o incluso a Jo Jo García. Y para dirigir todo esto, un entrenador "de carácter" como Curro Segura.


Cualquier aficionado podía darse cuenta de las infinitas posibilidades de una plantilla larga y polivalente, menos versátil pero más física que la del año pasado. Una de las mejores plantillas de la LEB, sin duda alguna. Y una plantilla completamente diferente a la que inició la temporada. Simón cerró el periódico lentamente, formuló un pensamiento y comenzó a escribir...:


"EL SEXTO PROYECTO" La llegada de Curro Segura y la incorporación de cinco jugadores de nivel (incluyendo al lesionado Vidaurreta) ha inaugurado el sexto proyecto de ascenso a la ACB del Basket Zaragoza 2002 (con 8 meses de antelación) tras una convincente victoria en casa contra el Palma Aqua Mágica..."